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LIEBRE IBÉRICA “Lepus granatensis”
 

Son las liebres establecidas en la península ibérica al sur del rio Ebro. Es un mamífero lagomorfo de la familia de los lepóridos de tamaño medio, su cuerpo es alargado y esta configurado para la carrera y el salto, su el hocico es corto, breve y provisto de largas vibrisas (bigotes). Tiene muy desarrollados el oído y el olfato, siendo la vista su peor sentido. Las patas posteriores están más desarrolladas que las delanteras y son muy musculosas, razón por la que la liebre alcanza velocidades de hasta 70 km/h tanto en cuesta, en terreno llano o en descenso. Es además un animal de hábitos nocturnos, realizando durante la noche sus desplazamientos más significativos, siendo también el momento en que se alimenta y se aparea. Durante el día la liebre está “encamada”, patrón de comportamiento que consiste en permanecer tumbada sobre el suelo o en un pequeño agujero hecho por ella misma, buscando el mayor mimetismo posible con el entorno. Para acudir a su encame, la liebre recurre a tácticas muy curiosas de despiste, realizando varios rodeos y saltos laterales para cambiar de senda. De esta manera obliga a pasar a sus depredadores cerca antes de que puedan localizarla y puede emprender la huida a tiempo. Al contrario de lo que comúnmente se piensa, las liebres no son animales solitarios, y cuando la densidad de animales es lo suficientemente alta, incluso pueden comer en grupos, con la ventaja que supone frente a los depredadores el aumento del tiempo total de vigilancia del grupo, pero con un menor tiempo de vigilancia individual. En estos grupos se establece una jerarquía social, que guarda relación con el tamaño de los animales, y que permite a los individuos dominantes obtener ventajas en cuanto a zonas de alimento sobre los subordinados. En época de celo se pueden producir luchas entre machos por conseguir aparearse con una hembra.

Las liebres son animales herbívoros, que incluyen en su dieta una gran variedad de productos vegetales, que abarca desde tiernos brotes hasta cortezas leñosas, incluyendo otros productos vegetales como raíces, bulbos, y frutos silvestres e incluso carroña, particularmente en época de escasez. Los porcentajes de los distintos componentes de la dieta dependen de la vegetación existente en el biotopo del animal, así como del territorio que cubran un determinado día. Además, las liebres presentan una buena tasa de aprovechamiento de los alimentos ingeridos, incluso los más leñosos, ya que practican la cecotrofia, patrón que comparten con el conejo. Consiste este hábito en la producción de dos tipos de excrementos, unos más claros y duros que elimina, que son los que se ven en el campo; y otros, los cecotrofos, oscuros, recubiertos de mucus, elaborados en el ciego, ricos en vitamina B12 y microflora, que el animal ingiere directamente del ano ( boca-ano), siendo deglutidas sin masticar y pasando directamente al estomago, iniciándose así el segundo ciclo de la digestión, en periodos de reposo. Con su ingestión, la liebre aprovecha el contenido nutritivo de las células vegetales. Frecuenta, principalmente, zonas abiertas como bosques aclarados, praderas, eriales, áreas de matorral y campos de cultivo hasta los 1.700 metros de altura. También aprovecha algunos terrenos labrados aunque, por lo general, prefiere zonas en las que pueda aprovechar sus tonos pardos grisáceos y rojizos para pasar inadvertida.

Desde un punto de vista reproductivo, las liebres completan su desarrollo a los 15 meses aproximadamente cuando pesa unos 1.500 gramos., si bien pueden alcanzar antes la madurez sexual, a partir de los 7-8 meses, en función de la época de nacimiento y de las condiciones del medio en cada año.

Las épocas de celo tienen lugar durante todo el año pero son beneficiadas por la abundancia de alimentos y la climatología favorable. La gestación de la liebre dura 41-44 días, al final de la cual pare generalmente 3-4 lebratos, aunque se han visto partos de hasta 7 y 8, siendo el primer año el menos prolífico. Las hembras jóvenes solo tienen dos partos al año, pasando al segundo o tercer año a tener 3 ó 4 partos anuales, lo que mantiene en los años posteriores. La liebre, a diferencia del conejo, no pare en madrigueras, sino que lo hace al aire libre en un lugar que habilita sobre el suelo llamado paridera, una cama que es acondicionada con pelos del animal y hierba seca, donde da a luz a sus lebratos. La gestación de la hembra es de lo más curiosa, habiéndose descrito varios fenómenos en la especie: Superfetación: Es la posibilidad que tienen las liebre de quedar preñadas mientras están desarrollando en su interior los fetos de una anterior cópula. La hembra Sigue siendo receptiva y no interrumpe la ovulación. Partenogénesis: la hembra puede parir sin ser aparentemente fecundada por un macho. Esto es posible, a que los espermatozoides de una anterior cópula se conservan durante el tiempo necesario para que se efectúe una nueva ovulación. Reabsorción de embriones: consiste en la desaparición de los embriones implantados en el útero. El aborto no se da en este animal.

La hembra permanece con las crías durante los tres primeros días. A partir de este momento, los coloca en lugares individualizados y diferentes, visitándolos solo al atardecer para amamantarlos durante muy pocos minutos. Desde los primeros días las crías pueden comer por sí mismos, correr y poner en práctica mecanismos de autodefensa. Suele vivir entre 7 y 9 años en libertad. En cautividad suele superar estas cifras. Las medidas medias de los ejemplares adultos, son como sigue:
a) la longitud de su cuerpo entre los 44 y 50 cms,
b) La longitud de la cola de 9 a 11 cms.
c) Sus orejas entre 9 y 11 cms.
Las hembras son de mayor tamaño que los machos.
 
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